Los primero y mas extraño, cuando estás en modo gremlin tus instintos caninos se desatan. "¿Por caninos te refieres a instintos de perro?" Sí, pero no de perro noble como Lassie o Rintintín. En plan chucho callejero, como el de la dama y el vagabundo pero en ruin. Si entras en modo gremlin prepárate para sentirte perruno con cosas como:
- Pasar a estar en celo, no es que quieras pero tus prioridades al ser un gremlin cambian. Te da igual todo, tu quieres mandanga. Algunos no controlan del todo este efecto secundario y se pasan... Según ven una pierna se lanzan a mover la cintura en la pierna de alguna mujer u hombre descuidado a veces con zarandearles un cojín delante suyo también se lanzan, es un instinto de perrete patada o carnicero.
- El mundo pasa a convertirse en un baño gigante con incontables posibles sitios donde orinar. Un árbol, un portal, la rueda de un coche, unos contenedores de basura, un buzón de correos, una esquina, una farola, en mitad de la calle... ¡Las opciones son infinitas!. Cuando estás rollo mogwai un árbol... como que no mola para mear, no tiene el caché adecuado. En cambio cuando te has convertido en gremlin ese árbol raquítico en mitad de la calle parece puesto por obra de Dios para que orines cual ángel. "Tío acabamos de salir de las copas..." Es que el baño no me inspiraba confianza... prefiero el portal. Si eres mujer, sólo te queda... Entre dos coches y con amigas vigilando en cada entrada.
- Desarrollas un gusto especial por sacar la cabeza por la ventanilla del coche. En realidad no sacas la cabeza, pero no porque no lo estés deseando, es que el dueño del coche no te deja. Puede haber menos tres grados fuera, a ti que te llegue aire puro y fresco, nada de mierdas químicas que salen de los coches. Quieres sentirte libre.
- Pasas a comer lo que sea cualquier animal te vale... Ratas, gatos, palomas... El kebab de pollo o carne sienta de lujo a esas horas.
- Preferirías una puta entrada de perro, de esas que tienen los americanos en las puertas traseras de sus casas, en vez de tener que usar tus llaves mágicas que cambian de forma cuando les da la gana y no entran en la cerradura. Cuando por fin parece que se han dejado de transformar, cierras la puerta y eso parece un puto gong. ¿De qué sirvió domar las llaves...?
- Dejas de ver en color para no ver absolutamente nada.
- Hablar se convierte en algo innecesario y pasas a ladrar. El resto de los gremlins te entienden y tus amigos alcohólicos también. Son gremlins que mutaron a una super raza, los futuros cirrosos.
- Cuando estás contento mueves la cola. ¡Me las dejo a huevo!
Todo esto lo has hecho, no te avergüences, por eso los gremblins son tan jodidamente graciosos los condenados. Recuerda que lo único que te saca de ese estado es la luz cegadora o la resaca del día siguiente. No recomiendo ninguna de las dos.
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