Smonker, catacroquer, secador y caca

lunes, 10 de enero de 2011

Tropezar.

El hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra... Salvo cuando se cae por un barranco, que a partir de ese momento empieza a mirar con más atención por donde pisa.

Cagarla y repetir esa cagada es algo común. Nadie se libra de fallar dos veces en algo, excepto quienes se consideran superhombres, esos no se equivocan, toman una decisión menos acertada para experimentar con la vida. Hay gente que piensa así... Se llaman catalanes. Que no... Habéis picado... ¡Se llaman franceses! "Mi padre es francés" Eso sólo consigue que me caigan peor. Basta de buen racismo español de toda la vida por hoy. El resto nos arrepentimos de aquellas cosas que no hemos hecho bien, o que no supimos ver y que hicieron daño a otros, o aquello con que nos obcecamos a sabiendas de que no iba a salir bien.

Es como ir al baño y no fijarte si había papel de culo suficiente para despejar la incógnita que ibas a plantear. La vergüenza de gritar a pleno pulmón (la opción de andar con el culo sucio... no) para que alguien te traiga papel, mientras abres la puerta, pero sólo una rendija en la que no cabe ni un pelo, para que el alma caritativa que te trae el papel no vea lo que estás haciendo (Mucho más elegante que dejar la idea en su cerebro y que la imaginación la desarrolle, rollo Origén/Inception) es algo que te obliga a comprobar cada vez que visitas el trono si hay suficiente papel para promulgar las leyes del rey. Y aun así te volverá a pasar...

La frase: Nunca voy a volver a beber, es probablemente la única frase que ha dicho toda persona normal en su vida para incumplirla al día siguiente. "Me dijeron que la cerveza quitaba la resaca y como no se me pasaba me puse al cañeteo". Da igual que quieras morir al despertarte y todas las chorradas que hiciste, volverás a liarla parda. Una más con el bebercio: Beber y coger el coche. Una vez no pasa nada ¿no? Mejor que pase algo pequeño, un susto con otro coche sin llegar a chocar, o chocando levemente mientras estaba aparcado, porque si no la vas a acabar liando y soplando por un tubo que calcule con métodos científicos muy complicados lo que tú ya sabías, que vas más borracho que el padre francés de quien intentó hacerte sentir mal por detestar a los gabachos. Te quitan puntos, puede que el carnet pero volverás a hacerlo eres así, un cagón. Otra es aquel que se queda dormido y pierde un avión/tren/bus. No es que quiera pero va a volver a perder otro billete por quedarse dormido seguro. ¿Otra vez Pérez?. O el que se hace un esguince bajando de la acera, le volverá a pasar de camino a un concierto bajando otra acera que nada tenía que ver con la anterior, esta era traicionera. Quizás suspendas una vez, y otra, y otra. Tranquilo, no te tienen manía y tampoco es tú culpa. La culpa de tu problema, incluso cuando te quedaste sin hielos en el botellón, la tiene Zapatero.   Ley de vida.

Pero las cagadas míticas y que marcan a alguien siempre suelen ser por culpa de personas del sexo opuesto. Célebres son los prototipos enamorados de una novia que no hace ningún bien. Está el modelo: Mi relación es distinta a la de los demás, no tenéis ni guarra, lo intentaré hasta el final. En el almacén está también el: Pero es que la quiero/No habrá otra igual. Y por último el que lo parte en las rebajas: Ella pensaba que la política externa de Turkmenistán es un concepto difuso y entonces ella no quería se puso a explicar tal, seguía sin entender y... se lo cepilló. ¿Qué se puede hacer? Nada, porque cagarla es humano. Una vez has cometido el error de tener pareja, pierdes la cabeza y ya todo te da igual, te vuelves un pasao de vueltas. Este tipo de enajenación también se da cuando alguien deja dentro de la nevera el cartón de leche con tres míseras gotas en vez de tirarlo, tú se lo recriminas y él muy cabrón te dice: Pero si quedaba suficiente para un vaso. Por supuesto, para un puto umpaluma con enanismo.

Pero cuando la caída se convierte fractura de 5 huesos, aprendes que cosas no tienes que repetir. dirá el conductor. dirá el viajero. dirá el cojo. dirá el estudiante o trabajador (a los españoles no nos une el mundial, nos une el echarle la culpa a otro y el odio hacia los franceses). <¿Pareja? Gran jugador del Spartak de Moscú.> dirá el prototipo de turno salido de su ceguera. 

¿Repetirás tus cagadas en el futuro? Probablemente. La ventaja es que sabrá que tipo de bebidas no debes mezclar. La experiencia es un grado y el whisky tiene 40.

2 comentarios:

  1. Muy buena entrada. Yo mismo, que soy estudiante repetidor, soy el prototipo. Solo hay una cosa que no me ha quedado nada clara... ¿Quién sería tan tonto para hacerse un esguince bajando una acera camino a un concierto?

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