Smonker, catacroquer, secador y caca

jueves, 14 de octubre de 2010

Hard Stuff

   Hacer cosas puede ser divertido, normal o coñazo, pero la linea que separa la diversión del aburrimiento suele ser si te están obligando o no a hacer dicha cosa. Así gráficamente: Recoger el cuarto. ¿Qué te están diciendo todo el día en tu casa: Recoge tu cuarto, recoge tu cuarto, recoge tu cuarto? Tu como buen hijo, pruebas la táctica del que escucha llover, pero tus padres te hacen la del diluvio universal. Al final, la única opción viable que ves para solventar el problema es coger un bidón de gasolina y quemar todas tus cosas antes que recoger. Pero un día que nadie te comenta nada nada y decides que vas a hacer Feng Shui en tu cuarto. Te haces la cama con calma y cuidado, pasas lpantalones de la silla al armario, los zapatos del suelo a estar ordenados en fila, los calzoncillos a cualquier sitio de la casa que no sea tu propio cuarto, etc. Como has querido hacerlo tú, no es TAN pesado.

   Sin embargo nunca se vio a nadie a quien le obligaran a hacer algo divertido, como salir. Hijo, toma 100 euros, emborráchate esta noche como Dios manda, si mañana no hueles a whisky y tabaco prepárate para que no te deje nada en el testamento. Progenitor, que es domingo, el día del señor... Sin excusas hijo.  Y aunque eso pasara a alguien (futuro drogadicto), esa noche sería un coñazo porque le estarían obligando.

   También hay cosas que haces por "obligación" y que te encantan, de hecho intentas hacerlas perfectas porque te interesa y es divertido. Llegas a un trabajo, hay muchos proyectos atractivos, tienes suerte y te dejan elegir. Decides que lo que mas te interesa es el proyecto para acabar con superpoblación de aves en Madrid. Es un tema que te encanta (no se sabe porque). Empiezas suave, envías un mail al ayuntamiento para informarte y montas reuniones casuales con la concejala (mas ayudantes) para ir solucionando todo el tema sin que mueran todos esos maravillosos pájaros que bombardean en vez de cagar. Preguntas a los exterminadores para que te den su opinión y te dicen: Matalas a todas. Lo tienes en cuenta, pero por si acaso preguntas a los ecologistas que piden que tengas paciencia con los pobres animalitos voladores. Viendo como está el asunto, acudes al colegio de veterinarios que te ayudan de manera mas que eficiente. Mientras sopesas todas tus opciones, vas avanzando en tu hoja de excel con un plan que parece viable (lento pero seguro), y todo está hecho, sólo te falta imprimir y entregar a la mañana siguiente el proyecto a tu jefe, hay un apagón en la empresa. Se rompe tu ordenador y se va todo a tomar por culo. No te cagas en todo, te quieres cortar las venas... Todo tu duro trabajo, a la basura, así de risas. No es culpa tuya, has hecho todo lo que estaba en tu mano pero al jefe eso le va a importar... Da igual que no pagara la factura de la luz durante meses. Te despide y fuera, por no imprimir. Eso no quita que fuera divertido, pero como jode que el esfuerzo no sirva.

   Hay cosas que se hacen por otros, un poco basadas en el lema: Hoy por ti, mañana por mi. Suele darse entre amigos o hermanos. A un conocido en cambio le haces un fuck you de esos que se convierten en una leyenda urbana, que le contarán a tus nietos. Situación tipo entre dos buenos amigos, Juanito y Pepito:
-Vamos a las copas de Fulana que... dijo Pepito.
-¡Están a tomar y encima en ese grupo son TODAS retrasadas!- contestó sorprendido Juanito ante la proposición indecente de Pepito.
-Tio nos invitan al botellón y tampoco son retrasadas todas... Menga-
-¿Quieres pillar no?- dijo cortante Juanito
-Básicamente- asintió Pepito
-Venga vamos.

   La próxima vez que Juanito quiera algo, podrá pedirlo sin miedo. Que Pepito le acerque al aeropuerto a las 4 de la mañana, que le acompañe al peor tugurio del mundo, un par de euros, que le recoja si se ha quedado sin gasolina en mitad de la a-6, que le haga un pinganillazo, que le sujete la cabeza mientras vomita semi-inconsciente, etc. Claro está que tampoco se puede abusar, los amigos ayudan (y muchísimo) pero no son gilipollas. Los hermanos es harina de otro costal, tienes y tienen permiso para pedir lo que sea.

   Y por último están las cosas directamente coñazo y que siempre serán así. Esas en las que mientras estas en tu casa tranquilamente haciendo algo no coñazo, se escucha la voz de tu madre:
-Razumijin ven un momento.
-¿Para qué?(x2) -contestas hábilmente.
-Te he dicho que vengas, por favor(x4).
-¿Pero para qué? -ya de mala leche. Ella entonces te dice una tarea coñazo al azar (del hogar o recado) y según empiezas a hacerla te suelta:
-Para hacerlo con mala cara mejor no lo hagas.
-Si le parece a mi ama, vengo sonriendo que meter todas la cajas de ropa de verano en los altillos es lo que mas me apetece. ¡No te jode!

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